Además de la tradicional medialuna marplatense, los infaltables churros o el icónico alfajor, sin olvidar los helados o las cervezas artesanales, la ciudad cuenta con una exquisita y variada gastronomía. Pero, ¿cuál es la clave su incomparable sabor?
Un viaje a Mar del Plata remite a un paseo por la costa argentina con sabores típicos de un atardecer a orillas del mar. Los icónicos churros rellenos de dulce de leche mientras se escucha el sonido de las olas romper en la escollera o un sabroso plato de rabas en el puerto maridado con una copa de cerveza artesanal se convierten en algunos de los momentos mágicos que ofrece la ciudad. Para lograr ese toque único, este destino gastronómico cuenta con sus propios secretos.
En primer lugar, la materia prima de calidad es la clave del éxito. Cada plato que llega a la mesa tiene su origen en la frescura de los productos que se utilizan para su elaboración. Aquí cobran gran importancia la actividad pesquera y el cordón frutihortícola.
En ese sentido, Mar del Plata cuenta con el principal puerto pesquero del país, lo que significa un punto extra al momento de degustar un plato elaborado a base de pescados o mariscos. Allí su frescura está garantizada.
Quienes recorren la ciudad -y en particular, la zona del puerto- pueden disfrutar exquisitas paellas al estilo valenciano, rabas, cazuelas de mariscos, picadas marineras, mejillones a la provenzal, langostinos a la plancha, recetas a base merluza, abadejo, pez limón, mero, entre tantas otras especies. Platos que imprimen la identidad marplatense y cuentan con un valor agregado si se lo acompaña con verduras, hortalizas y frutas cultivadas en el cordón frutihortícola que rodea a Mar del Plata.
El origen del sabor
Uno de los puntos más destacados de la gastronomía marplatense es su exquisito sabor. Al hablar de la elaboración de panificados o cerveza artesanal, el agua de este destino toma protagonismo. Esto se debe a que el agua corriente de la ciudad se obtiene de napas subterráneas y adquiere sus condiciones de potabilidad naturalmente, sin necesidad de tratamientos previos complejos.
Por ese motivo, desde un café en la costa, una copa de cerveza artesanal en las típicas cervecerías de Mar del Plata, una pizza en el centro, medialunas de manteca recién horneadas en cada rincón de la ciudad, hasta los emblemáticos alfajores de chocolates rellenos de dulce de leche muestran un diferencial en boca.
El sabor es uno de los objetivos de este destino gastronómico, pero para esto, las recetas ancestrales resultan fundamentales para dar inicio a las maravillosas preparaciones.
Los platos de un lugar ofrecen una conexión directa con su identidad, historia y costumbres. De esta forma, se convierten en recetas que se trasladan de generación en generación mientras que otras son utilizadas como base de una nueva delicia.
Un ejemplo de eso son los platos de pescados y mariscos, que tomaron la esencia de recetas provenientes de inmigrantes españoles e italianos. En una gran variedad de restaurantes de la ciudad se puede degustar parte de la cultura culinaria europea.
Otro rubro en el que se reflejan las recetas ancestrales es el heladero. Esto se debe a que con las inmigraciones que acontecieron en la Argentina, comenzaron a arribar el país diferentes maestros heladeros -muchos de ellos italianos- que se radicaron en distintos puntos.
Los profesionales que se dedicaron a la elaboración del helado artesanal transmitieron poco a poco sus conocimientos y experiencias a las siguientes generaciones, que continúan hasta el día de hoy con la tradición. Un sinfín de sabores combinan la esencia de las frutas, los chocolates y el emblemático dulce de leche.
Muchos de ellos se formaron y perfeccionaron en Argentina, mientras otros desarrollaron sus primeros pasos en Europa, pero todos coinciden en una misma característica: el profesionalismo y dedicación con el que elaboran las especialidades marplatenses, respetando los sabores originales de cada producto.
La tarea será ahora degustar las exquisiteces de la gastronomía de la ciudad, tomarse algunos minutos para admirar la calma del mar y disfrutar un amanecer con sabores típicos de la panadería marplatense o cerrar el día con una completa picada de mar. Opciones: infinitas, solo resta comenzar la aventura gastronómica.
Crédito: Prensa EMTur